lunes, 21 de enero de 2008

Documental flamenco

Imágenes del rodaje del documental "Siete sentimientos flamencos" que dirigí hace ahora un año. Cómo pasa el tiempo...

domingo, 13 de enero de 2008

Pesimismo

Soy pesimista. Muy pesimista. Como los austriacos. Estos tíos son tan pesimistas que en su himno nacional cantan “O du lieber , Augustin, alles ist hin” (“Agustín querido, todo está perdido”). No sé quién coño es Agustín, pero sí comparto el hecho de que todo está perdido. Y no hay nada que se pueda hacer por recuperarlo.

Pero es que todo nació perdido. Y a estas alturas será prácticamente imposible recuperar nada. De hecho, desde el comienzo todo ha ido a peor. ¿Qué podemos esperar de un mundo que Dios hizo en seis días? Así le salió. Grant Morrison escribió que Dios lanzó una moneda al aire para ver si hacía o no el mundo. Y le salió la cara mala.

O sea, que ya nos viene de fábrica una herencia lamentable. Un mundo hecho deprisa y corriendo no puede albergar nada bueno.

Soy pesimista. Y no como los eufemísticos dirían “un optimista bien informado”. Yo soy pesimista. Punto.

A fin de cuentas, la esperanza es el refugio de los cobardes. De los que no son capaces de afrontar lo jodido del asunto. Los que son incapaces de encarar la vida como el absurdo que es. Una breve secuencia de vivencias siempre en pos de un futuro inexistente. Todo lo que hacemos es en base a lo que nos deparará el futuro. Y el futuro, por más que queramos negarlo, es la muerte. Y la muerte es la nada. La nada más absoluta.

Sí, usted, igual que yo, se va a morir. Piense en ello. A lo mejor es mañana, dentro de un rato o en treinta años. ¿Qué más da? Todo lo que haga no cambiará ese hecho.

Y el presente no existe. Cualquier cosa queda para siempre en el pasado y el futuro se acerca vertiginosamente. A fin de cuentas, diez minutos y treinta años son lo mismo. Lo verás con más claridad cuando estés en tu lecho de muerte. Allí todo, desde el momento más cercano al más lejano en el tiempo, se resumen a lo mismo: un pasado inalcanzable.

Lo siento, pero así son las cosas.