domingo, 23 de noviembre de 2008

Qué cosas

Ortega Cano a la salida del estreno del documental.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

7 ventajas

Hace unos años todo el mundo quería ser guionista. Será que ahora los productos son tan malos que la gente se piensa que se hacen sin guión, porque últimamente nadie quiere ser guionista. Pero nadie, oye. Prefieren dedicarse a cualquier otra cosa. Hasta quien sabe en qué consiste este trabajo (que los hay, oye... yo no me incluyo, pero haberlos, haylos) prefiere perder su tiempo en otras tareas.

Pues mira, porque me gusta la competencia y porque creo que esta profesión merece que le demos una oportunidad, os ofrezco una lista de ventajas que he encontrado a esto de dedicarse a la realización de guiones para cine, televisión, publicidad y actos varios como la presentación online multimedia del último sabor del turrón de moda.

Ventaja 1: conocerás a gente famosa.
Vale, los conocerás. Pero sólo eso. No he dicho que vayan a hablarte, o a saludarte, ni siquiera a mirarte. Pero oye, si tienes suerte te dejan colarte en los platós donde se ruedan las cosas que has escrito y, desde una distancia prudencial, poder ver a las estrellas que las llevan a cabo.

Ventaja 2: trabajarás en lo que te gusta.
¿O acaso no te encanta pasar a limpio sin faltas de ortografía las lamentables ideas que los productores te dictan, calcadas del último éxito de moda, y que no gusta ni a ellos pero están convencidos de que va a ser un éxito indecente?

Ventaja 3: ligarás más.
Claro. Tú prueba a decir a esa persona que te gusta que te dedicas a escribir guiones. Después del "¿y eso qué es?" y del "no, pero en serio, ¿a qué te dedicas?" verás que ya no te mira de la misma manera. Prometido.

Ventaja 4: serás más sabio.
Porque conocerás términos inútiles como flash-forward, anagnórisis o catarsis. Nunca sabrás muy bien qué hacer con ellos, pero oye, esa sapiencia que te llevas.

Ventaja 5: no tendrás que aguantar las reuniones familiares coñazo.
Porque no te invitarán. Tu familia se avergonzará de ti (no como tu hermano, con una carrera como dios manda, o tu hermana, que dio un buen braguetazo). Para mí, la mejor ventaja de todas. Ni Navidades, ni comuniones, ni bodas, ni bautizos... ¿puede haber algo mejor?

Ventaja 6: los actores y actrices querrán acostarse contigo para que les consigas un papel.
Y lo mejor, cuando se den cuenta de cuán inútil ha sido lo que han hecho, a ti ya "que te quiten lo bailao".

Ventaja 7: el mundo se vuelve del revés.
Siempre te han dicho que "no se copia". Al guionista siempre le pedirán justo lo contrario. Cuanto peor lo hagas, más te pagarán. Los trabajos más satisfactorios son aquellos por los que no cobras (cortometrajes, guiones que nunca salen del cajón...). El más inútil es siempre el que tiene más poder de decisión... y así, hay que desaprender todo lo aprendido.

Ventaja 8: te pagarán mucho.
Bueno, esto es mentira. Pero es que, la verdad, ya no se me ocurren más.

martes, 18 de noviembre de 2008

El valor de las ideas

La idea lo es todo. Una idea es lo que puede hacer fracasar, perecer o triunfar un proyecto. Hace falta una idea clara, concreta, abarcable y, sobre todo, adecuada, para cada proyecto. Si no tienes esa idea, ese concepto que lo unifique todo y que te sirva de brújula, darás tumbos de un lado para otro con el proyecto, zozobrará y se acabará hundiendo.

Pero si encuentras una idea, un concepto, un pensamiento que unifique y englobe todo el proyecto, no te despegues. Sigue esa idea de principio a fin y no te salgas nunca de la línea, del camino que te marque. Insisto, esa idea ha de ser la brújula que te marque el camino. No te desvíes. No quieras tomar atajos. A veces la senda que te marca tu brújula es compleja y resulta tentador abandonarla por un momento para seguir caminos más fáciles. Error.

Encontrar esa idea es difícil. Puede ser lo más complicado del proyecto. Pero ha de ser una de las tareas en la que más nos esforcemos, debe ser una prioridad básica en el proceso.

Sea un documental, un cortometraje o largometraje, un spot, un video musical, ¡lo que sea! Ya sea en la fase de escritura del guión o a la hora de abarcar la ingente tarea de la realización. En ambos casos, la pregunta básica y primera siempre ha de ser, ¿cuál es la idea que lo unifica todo? ¿Cuál es el concepto en que me voy a basar para hacer que todo tenga sentido?

Una vez hayas respondido satisfactoriamente a la pregunta, verás que todo lo demás se hace solo.

El último guión de largometraje que escribí se basaba en "Así hablaba Zarathustra". Todos los conceptos, metáforas, idas y venidas del personaje principal, conflictos, filosofía, ¡todo! Estaba basado en este libro. Cada vez que tenía que dar un paso adelante, en cualquier sentido, abría ese libro y encontraba en él las respuestas.

El último proyecto que he dirigido tenía como base los cuentos de Alicia de Lewis Carrol.

El año pasado dirigí un documental sobre las "artes alternativas" en los años 30. En aquella época una de esas artes que estaba naciendo era el cómic. Pues ahí encontré la respuesta. Ésa fue la idea: el cómic. Desde la estética a la propia narratividad, todo estaba basado en el lenguaje, estética y narrativa del noveno arte.

Si encuentro la idea, lo he encontrado todo.

domingo, 16 de noviembre de 2008

De estreno

A principios de verano trabajé dirigiendo las galas de un festival de cine y esta semana he estado haciendo lo mismo en otro festival. Ya ven qué variado es mi trabajo.

Apretado en un zulo de medio metro cuadrado (vale, es una exageración, sería por lo menos un metro cuadrado) donde nos apilábamos entre cinco y cien personas, he pasado la semana escribiendo guiones, escaletas y ensayando todas y cada una de las galas de este Festival. Y cada vez que termino una cosa de éstas me digo: "ni una más". ¿Nos apostamos algo a que dentro de diez entradas en el blog estoy soltando otra vez el mismo rollo sobre el siguiente Festival de Cine en el que me enmarrone?

Lo mejor. Está claro. El estreno del documental dentro de la programación del propio Festival. Durante la gestación del mismo he ido dejando aquí algunas reseñas sobre cómo fue el rodaje, la postproducción, mi miedo a no llegar a tiempo... y ya está. Se acabó. Ya está estrenado.

Ha sido un estreno curioso. Por allí se acercaron hasta toreros famosos (ya ves qué cosas), lo que hizo que el acto se llenara de prensa de todo tipo (había hasta prensa del corazón... ¡cubriendo el estreno de un documental andaluz!). Y allí estaba yo, posando junto a Ortega Cano o Curro Romero. Todavía miro las fotos y no doy crédito.

Cosas extrañas aparte, la reacción general fue bastante positiva y las críticas (todavía) son bastante generosas, y eso que la proyección fue... cómo decirlo... bueno, mejor no lo digo, que yo no sé quién va a leer esto.

El sonido estaba demasiado bajo y la imagen, al no proyectarse en formato digital, dejaba bastante que desear, así que no se puede decir que yo disfrutara de la proyección.

Pero todo se me olvidó cuando la cosa terminó y pude comprobar que el público presente sí que (aparentemente) había disfrutado.

Ese tipo de cosas (en serio) pasa pocas veces. Me dedico a esto y de cuando en cuando me tengo que poner ante un público a soltar un rollo previo a la proyección de alguna mamarrachada mía tras la cual la gente trata de esquivarme para no tener que recordar cómo se mueven los músculos de la cara para esbozar una sonrisa.

Sin embargo, las reacciones de este último estreno juraría que fueron sinceras.

Lo próximo será su emisión en televisión y su salida en formato DVD.

Ah, y lo han seleccionado para proyectarse en Argentina... viaje que, con todos los gastos pagados, hará el productor. A mí me deja aquí.

En fin, si lo proyectan en algún pueblo de la serranía de Cuenca lo mismo me deja ir. Que tampoco quiero yo abusar, oye.