martes, 24 de marzo de 2009

El arte que detesto

Normalmente soy muy apasionado para mis cosas. Lo que me gusta, me encanta, y lo que no me gusta, lo detesto. Por lo general el arte me suele apasionar, pero también hay mucho arte que detesto.

Detesto a Klimt, y su puñetero Beso. Me gustaba (un poco) hasta que se ha convertido en símbolo de lo que más detesto del arte. Todo el mundo lo tiene en su casa. Señoras que van a la compra en chándal y apenas saben articular una frase con sentido lo ponen en su sala de estar por lo monísimo que es y porque "está de moda". Les preguntas quién es Klimt y te contestarán que cantaba en alguna edición de Operación Triunfo.

¿Alguien sabe a quién se tiró Andy Warhol para convertirse en celebridad? Su arte es caduco y dentro de cien años nadie (pero nadie, eh) se acoradará de él y de sus gilipolleces. Y ahí está. Una de las supuestas cumbres del arte del siglo XX.

Detesto a Almodóvar, Julio Medem y, sobre todo, a Kusturica.

Y detesto Sandman. ¿Por qué todo el mundo lo venera tanto? Neil Gaiman a mí me parece de un cargante...

lunes, 23 de marzo de 2009

Paraíso

Hoy me he sorprendido leyendo la Divina Comedia de Dante mientras el Requiem de Mozart escuchaba , y decubrí que aún estando en el Infierno, en el Paraíso me encontraba.

sábado, 21 de marzo de 2009

Otras

Antiguamente en los documentos de identidad había que poner “Profesión”. Afortunadamente ya no es así. No tendría ni idea de qué poner en ese espacio.

Cuando tengo que rellenar ese hueco, para Hacienda, alguna encuesta o lo que sea, normalmente mi trabajo se inscribe en el epígrafe “otras”.

Otras.

A eso me decido yo. A “Otras”.

En ocasiones me encasillan en “Profesiones liberales”. ¿Liberal en qué sentido? ¿Político? ¿Ideológico? ¿Sexual?

Pues sí, por lo visto soy un liberal. Y yo sin enterarme. Menos mal que a veces tengo que rellenar encuestas que iluminan mi vida.

¿Y a qué me dedico realmente? ¿Cuál es mi trabajo? ¿Qué hago yo para ganarme la vida?

No lo sé.

La verdad es que a veces siento que no me dedico a nada. Que no tengo ningún trabajo. Me paso la vida vagando de aquí para allá sin rumbo fijo. Nunca paro en el mismo sitio más de unos meses, a veces no llegan a ser ni horas. Hago algo e inmediatamente salto a la siguiente casilla.

Ahora ando preparando algunos pilotos para programas y series de televisión. Unos se harán. Otros no. También me han llamado para grabar un vídeo promocional de un Hotel. Y sigo con algunas cosas que colean desde hace algún tiempo: las dos películas, el video clip...

Unas cosas las escribo. Otras las dirijo. Otras no sé muy bien qué pinto en ellas.

Y, de vez en cuando, doy clase a gente que tiene la aspiración de acabar trabajando en lo mismo que yo.

En “otras”.

lunes, 16 de marzo de 2009

Recordando

A veces la publicidad nos ofrece grandes momentos como aquellos spots de Bocatta tan absolutamente geniales. ¿Los recuerdas?



(No perderse el último, el de las lindes... canela fina).

jueves, 12 de marzo de 2009

Que me miren por la calle (o cómo ponerme nervioso)

No reconozco a la gente. Tómate esta frase de forma literal porque no es ninguna metáfora o declaración de intenciones. El cerebro tiene asignada una zona para reconocer los rostros. Los almacena en ese baúl y cuando volvemos a verlos es ahí donde los buscamos para etiquetarlos y decir, “ah, esa cara pertenece a ...”.

Mi baúl se cerró y tiraron la llave al mar.

Por eso, no reconozco a la gente. Si estoy mucho tiempo seguido con alguien, sí es posible (hasta cierto punto) que pueda memorizar su rostro, pues lo almaceno en otra parte del cerebro (la de los recuerdos comunes). Por ello, si se da uno de estos dos casos:

a) Sólo he visto a la persona una o dos veces en mi vida.
b) No veo a esa persona desde hace mucho tiempo.

Es probable que no tenga ni la más remota idea de a quién estoy mirando.

Esto me ha llevado a no pocas situaciones incómodas en mi vida. Por lo pronto, explicar este problema es largo y tedioso y tiendo a buscar otras excusas del tipo “ah, sí que has cambiado”. Y hay ocasiones en que la persona sí que ha cambiado, ha puesto unos 20 kilos, y entonces parece que la estoy llamando gorda (adjetivizando a la palabra “persona”, no es que sólo las señoras engorden).

En efecto, es habitual que alguien se me acerque con un “hombre, cuánto tiempo” y yo me echo a temblar. Suelo intentar disimular patéticamente y hacer como que reconozco a la persona mientras trato de abrir el baúl a patadas. Pero no se abre. Y la persona se da cuenta. Y me dice, “no te acuerdas de mí, ¿verdad?”. Y eso cuando ya llevamos unos diez minutos de conversación en la que yo ya he escupido frases “comodín” que tengo preparadas para este tipo de situaciones del tipo “¿y tú sigues en lo tuyo?”.

Y dirás, ¿por qué no cuentas la verdad? Porque es mentira que la verdad nos hace libres. La verdad nos jode la vida. La mitad de las veces la gente no se cree nada o me mira como a un marciano.

Imagínate, por tanto, el terror cuando alguien me mira por la calle y veo esa mirada de reconocimiento y esos segundos en los que se acerca mientras mi cerebro procesa de forma vertiginosa: ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es?

Te aseguro que alguna vez me he liado la manta en la cabeza y he optado directamente por un “¿Quién eres?”.

Pero cuando finalmente se trata (por ejemplo) de alguna ex novia con la que estuve saliendo algunos meses (o similar) esa pregunta suele sonar más a ofensa, burla o sarcasmo que a la verdad.

“La verdad os hará libres”.

Y una mierda.

miércoles, 11 de marzo de 2009

¿Estoy gordo?

¿Quién es capaz de contestar a esa pregunta sin sentir remordimientos (independientemente de la respuesta)?

domingo, 8 de marzo de 2009

Banners

Este portal de blogs se sufraga con publicidad. A veces entro en mi propia página y me encuentro banners publicitarios que, de verdad, me ponen los pelos de punta.

Cómo puede ser que mi blog anuncie Recuperar a tu Pareja En Pocos Días, Método Garantizado. ¡Te Asombrará! Sólo Para Hombres.”

¿No han aprendido nada de las veces que un señor ha ido a algún programa de televisión a recuperar a su mujer para acuchillarla dos días más tarde?

Obviamente sí. Han aprendido que pueden ganar mucho dinero a costa de estos psicópatas.

Si pinchas en el enlace (¡no lo hagas, por dios!) la cosa ya se pone tremebunda:

Este es el método más efectivo para recuperar a tu mujer...
“¿Qué sucedería si te dijese que podrías recuperar a tu novia o esposa en menos de apenas 30 días garantizado?”


Para empezar. ¿Dónde aprendió a redactar el chimpancé que escribió esto? ¿En menos de apenas de 30 días? ¿Y eso qué medida de tiempo es?

Pero la cosa no acaba ahí:

Es un sistema COMPLETAMENTE NUEVO y AVANZADO desarrollado por John Alexander, autor del best-seller secreto internacional "Cómo convertirse en un macho alfa".

¿Un best seller secreto? ¿Cómo puede un best seller ser secreto? O sea, ¿cómo puede venderse un libro mucho... y ser un secreto? Aparte, ¿cómo convertirse en un macho alfa? Esto... mejor me callo.

Pero espera, que aún mejora:

Aprenderás, entre otras cosas:
Exactamente cómo girar los botones de atracción que están arraigados a su cerebro, de manera de que se vuelva IRRESISTIBLEMENTE atraída hacia ti.
Dónde te equivocaste antes de hacer que te abandonase, de manera de que cuando la recuperes, todo sea mucho mejor de lo que fue antes.
Cómo interrumpir el contacto con ella en este momento de una forma que la tendrá ROGANDO para hablar contigo nuevamente. ¡Este método furtivo funciona hasta si te dijo que nunca más la llames!
Qué decir y qué NO decir cuando hables con tu ex. Obtienes el guión exacto palabra por palabra a seguir y los temas sobre los cuales hablar en todos los casos distintos.}

Sin entrar en la lamentable redacción (¿por qué acaba el párrafo con esto: }?), ¿de verdad algún incauto ha picado con esta basura de publicidad?

Sí, es tentador entrar en esa web. Vale, aquí está el enlace:
http://www.recuperarpareja.com/?kw=sob368

Reconozco que, al menos, es divertido.

Relojes de arena

sábado, 7 de marzo de 2009

Guerra Mundial Z

Vaya tostonazo. Me lo he empezado a leer porque hacía tiempo que tenía abandonada la narrativa contemporánea. Últimamente la única literatura intranscendente que leo son cómics. Y tampoco mucho. Me empapo más de manuales sobre escritura de guiones y cosas así. Ya lo sé, soy un muermo. Aunque el último que me he leído, “Cómo orquestar una comedia” me ha dejado igual que la última película de Jonathan Demme: con ganas de hacerle una llamada a su autor a las cinco de la mañana para que me devolviese mi dinero. Bueno, la película de Jonathan Demme la vi gratis bajada de internet, pero no vale ni el gasto de luz que hizo mi ordenador.

Total, que aprovechando que esta novela es lo próximo que va a hacer Marc Foster (su adaptación al cine, se entiende) he querido recuperar la lectura de algo que fuera simplemente entretenido.

Ingenuo.

Es penoso cómo los autores de narrativa contemporánea se esfuerzan inútilmente en ser originales y no pasan de pretenciosos o simplemente cutres (¿no sabe Max Brooks que el mockumentary o falso documental se inventó hace ya...?).

Ahora, por ejemplo, ando haciendo pruebas a jóvenes novelistas para que novelicen una películilla que hice el año pasado.

Y, en efecto, pasa lo mismo.

No hay vida. No hay alma. Nada de nada salvo palabras y más palabras, puestas una detrás de otra. Eso sí, sin faltas de ortografía, que ya es mucho decir con los tiempos que corren.

Releyendo las líneas de arriba me doy cuenta que puede dar la impresión de que no me gusta leer nada.

Para compensar diré que el otro libro que me estoy leyendo, de Sidney Lumet, es una auténtica maravilla.

Pero claro... no es ficción.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Danny Elfman estará en "Alicia"

Harry Gregson-Williams

Sobre su concierto en Madrid:

Preguntando a sus fans:

Sobre su carrera:


Sobre Narnia:

Sobre Lisa Gerrard:

Y un poquito de Klaus Badelt: