viernes, 29 de mayo de 2009

Henry Selick existe



La animación stop motion resurgió en 1994 gracias a “Pesadilla antes de Navidad” de... ¿Tim Burton? Pues no, fue Henry Selick su director. ¡Sorpresa!

Este pobre hombre fue el artífice de una película atribuida a Tim Burton y del que poco o nada se sabe.

Pues bien, ¡Henry Selick existe! Deberían crear una plataforma. Y para demostrarlo en breve se estrenará su última maravilla animada: “Coraline”, basada en la obra de Neil Gaiman (que seguramente eclipsará la figura de Selick... otra vez). Esta historia infantil de tono oscuro –que no gótico, ojo- demuestra que lo de Selick no es casualidad, sino que es un auténtico genio en lo que a animación stop motion se refiere. Y es que Selick también firma el guión y... ¡el diseño de producción! Sin duda los aspectos más memorables de la película (junto a la maravillosa música de Bruno Coulais).



E, igual que “Pesadilla antes de Navidad” es de Henry Selick, “Coraline” no es Neil Gaiman (el libro sí). Pero claro, lo malo de Selick es que siempre hace películas a la sombra de figuras cuya reputación es aprovechada para promocionarlas dejando al director en un triste cuarto plano.

martes, 19 de mayo de 2009

Precuelas

Los fans de “Battlestar Galactica” estamos de enhorabuena, ya que se ha estrenado recientemente la precuela de esta serie, titulada “Caprica”. Sólo el título ya pondrá los dientes largos a los seguidores de esta saga de ciencia ficción que tanto bebe de Asimov (y de tantas, tantas cosas).

Curioso esto de las precuelas. Hace diez años ni siquiera existía esa palabra. El Word me la sigue subrayando como errónea. Sin embargo, ya forma parte del léxico de cualquier aficionado a la ficción de cualquier tipo. Aunque pudiera parecer que fue Lucas con “Star Wars” el impulsor del concepto, éste ya venía de antes, de mucho antes. Precuelas hay muchas. ¿Podemos considerar “El Padrino Parte II” precuela de “El Padrino”? Posiblemente.

En “Caprica” la reflexión político-religiosa da paso al puro ciberpunk, y aunque tanto su estilo como el tono también difieren de su origen, las revelaciones que en ella se hacen sobre los orígenes de la saga ya son valor más que suficiente para echarle un ojo. Además, tanto los efectos visuales como el diseño general están bastante mejorados respecto a su predecesor. Y el tono, si bien es mucho más elevado y conceptual que en su predecesora, logra un perfecto equilibrio entre lo comercial y lo intelectual. En resumen, brillantemente diseñada y magistralmente ejecutada.

En fin, que si te gusta el ciberpunk, la ciencia ficción o simplemente eres uno de esos que se han hecho íntimos del Almirante Adama, no te la puedes perder.

So say we all.

domingo, 10 de mayo de 2009

Star Trek

Siempre he preferido el ciberpunk a la ciencia ficción. Y siempre he preferido “Star Wars” a “Star Trek”. Puestos a ver ciencia ficción prefiero “Battlestar Galactica” o “Minority Report”.

La serie “Star Trek” nunca me ha gustado y de las películas me quedo con la primera (conflictos generacionales) y la quinta (conflictos religiosos).

Y ahora con la que se ha montado cualquiera dice que la nueva película de J.J. Abrams no me gusta. Pero bueno, la verdad es que me ha gustado, y mucho. Le da una patada en el culo a los revival (o intentos de revival) del abuelito Lucas: Star Wars e Indiana Jones. Sí, esto es un revival y lo demás es... demencia senil.

De qué va eso de Star Trek

1. De una nave pilotada por unos pijos en pijama.
2. Todo empieza como un chiste: un ruso, un americano, un asiático y un vulcano van en una nave...
3. ¿Mujeres? Pocas o ninguna.
4. De poner los dedos índice con corazón y anular con meñique y decir “larga vida y prosperidad”.
5. De saberse nombres como el Kobayashi Maru y que Kirk lo pasó haciendo trampas.
6. De mosquearse si en la película contradicen la talla de calcetines del suboficial segundo respecto a lo que se decía en el capítulo 8 de la quinta temporada.

Malas noticias: el suboficial es un actor, el Enterprise no existe y todo es una historia inventada por unos tipos con mucha pasta.

jueves, 7 de mayo de 2009

Proceso de escritura de un guión de cine (la escritura de un guión en 40 sencillos pasos)

Para aquellos que me han pedido que les explique cómo se escribe un guión, mi primer consejo es que estudien cualquier cosa menos la escritura de guiones.

Estudiar eso sólo sirve para estar entretenido cuando vemos una película tratando de buscarle los puntos de giro.

Si quieres dedicarte a ello, –o sea, ganar dinero- ni se te ocurra estudiar.

En un guión todo el mundo mete mano y, normalmente, la última palabra sobre el mismo la suele tener un tipo (o una tipa) que jamás ha visto, ni de lejos, un libro sobre escritura de guiones, y mucho menos habrá asistido a una clase sobre el tema.

Lo mismo hasta se sorprende al saber que dichos libros o clases existen.

Vale, ya sabes lo esencial, ahora vamos a ir paso a paso con la escritura de un guión.

1. Se te ocurre una idea genial. La plasmas en papel. Esto te lleva varias semanas, tal vez meses. Horas sin dormir, toda tu vida se centra en esa historia, en sus personajes, en sus giros argumentales.

2. Mandas el guión a una productora. Repites esta operación con todas las productoras que encuentras en internet.

3. Ninguna te responde.

4. Un día la amiga de un colega de una compañera de clase de tu hermana que se ha tirado a un tipo que tiene una productora (que hasta ahora sólo ha hecho algún que otro cortometraje y algunos anuncios de esos que se proyectan en los cines y dan vergüenza ajena) te dice que el susodicho quiere verte para hablar de tu guión.

5. El productor en cuestión no se ha leído tu guión, sólo la primera y la última página, pero le ve potencial y ha apreciado tu talento.

6. En realidad tu guión lo ha tirado a la basura y quiere que escribas otro a partir de una historia que a él se le ha ocurrido y que en realidad es un batiburrillo de todas las películas que a él le gustan.

7. Te suelta el batiburrillo en su oficina mientras tú tomas notas en tu cuadernillo a la vez que tratas de poner cara de que la historia es interesante.

8. Haces el batiburrillo. Mejor dicho, lo pasas a limpio.

9. Envías el batiburrillo al productor.

10. Cinco meses después te responde diciendo que aún no se lo ha podido leer, pero que lo tiene entre sus tareas pendientes.

11. Cinco meses después (sí, suman diez) te dice que se lo ha leído por encima y que ha visto que le falta humor. No le dices que el batiburrillo que te contó en su oficina no tenía ni una pizca de humor porque quieres conservar el trabajo, te adjudicas todas las culpas por el error y te pones a reescribir.

12. Metes con calzador en una historia que para nada tenía gracia algún chistecillo cada tres o cuatro páginas. Opción B: te inventas un secundario cómico que se cae de culo de vez en cuando. Ésta opción suele ser más efectiva.

13. Mandas el batiburrillo con chistes y caídas de culo.

14. Cuatro meses después (ya van catorce) te responde que aún no se lo ha leído pero que está en ello.

15. Dos meses después (16) te llama y te dice que está muy bien pero que la historia tiene muchos agujeros. Te da detalles al respecto que demuestran que del guión sólo se ha leído una de cada diez páginas y más o menos ha pillado el hilo general pero que no se ha enterado de una mierda. No le dices eso, claro, sino que asumes las culpas y te dedicas a “tapar” esos inefables agujeros de la trama.

16. Mandas el batiburrillo con chistes y caídas de culo con los agujeros tapados.

17. Tres meses después (¿cuántos van ya? ¿de qué iba todo esto?), cuando ya definitivamente has abandonado la profesión y has montado una mercería, te llama y te dice que él no se ha leído el guión, pero que el becario en prácticas de la productora sí y le ha gustado mucho, por lo que lo van a mandar para ver si lo subvencionan.

18. Como ya no te dedicas a esto, ya no tienes miedo de preguntar cosas como “¿cuánto me va a pagar por el guión?”. A lo que el productor te responde que nada, a menos que obtengan la subvención, en cuyo caso te pagará la mitad de lo que ponga en los papeles que te va a pagar. Eso con suerte.

19. Seis meses después salen publicadas las subvenciones. Entonces se pueden producir dos casos:
a) No han subvencionado el guión. Suerte con tu mercería.
b) Han subvencionado el guión. En este caso, proceder al paso 20 (ánimo, ya sólo queda la mitad).

20. Te piden que hagas una nueva versión del guión cambiando algunos pequeños detalles: el género, el período histórico, el número de personajes, el protagonista y la duración.
Razones: el género que se lleva ahora es la comedia adolescente, no el drama histórico; es más barato hacerlo en la actualidad que en el siglo XIX; con 30 personajes parlantes esto se va de presupuesto, debes reducirlos a ¿cinco?; el protagonista es un hombre y eso cierra las puertas a subvenciones de instituciones y organismos de mujeres, la protagonista debe ser una mujer; ¿dos horas de película? ¿tú estás tonto o qué? 90 minutos y si se rueda en digital, que si hay que usar película la cosa se va a quedar en 80 minutos raspaditos.

En resumen: debes convertir un drama histórico con 30 personajes ambientado en el siglo XIX y protagonizado por un hombre en una comedia adolescente actual de 90 minutos con una chica (guapa pero muy sufridora) de protagonista.

¿Por qué? Porque la subvención la dieron a una película cara y ahora hay que hacer una película barata. ¿Tengo que explicarlo más claro?

Te pregunta: ¿Lo puedes tener para el lunes?

Estamos a viernes.

Como la subvención te ha devuelto a la profesión, vuelves a tener miedo y respondes: “Claro”.

21. Mandas el guión el lunes tras un fin de semana sin dormir ni despegar la cara de la pantalla del ordenador.

22. Tres meses después te llama. Aún no se lo ha leído, no te llama por eso, ¿cómo tienes tú escribir un guión de un anuncio de colchones para el lunes? Estamos a sábado. Tu respuesta: “Por supuesto”. No preguntas si te va a pagar, no sea que se moleste y al final no quiera producir tu película.

23. Dos meses y medio más tarde te vuelve a llamar. ¿Cómo lo tienes para irte a un pueblo perdido a visitar una granja avícola y que el dueño te explique como funciona aquello? ¿Qué coño hago yo en una granja avícola? Es para un anuncio. Tu respuesta: “Vale, ¿te has leído ya el guión de...?”. Su respuesta es incierta, es una mezcla entre sí y no que no sabes traducir muy bien. Da igual, te vas a la granja avícola.

24. Tres meses después te enteras de que un amigo de una vecina está reescribiendo tu guión. Llamas al productor. Te dice que te iba a llamar, que tenía que hablar contigo. El guión estaba bien, pero necesitaba una visión fresca, de alguien nuevo. Como ya ni te acuerdas de qué iba la película pasas de todo y preguntas por lo que te van a pagar: te pide que le mandes una factura por el 15% de lo que ponía en la subvención que iba a pagarte.

25. Te das de alta en autónomos para poder facturar. Te cuesta un 10% de lo que te van a pagar por el guión. En la factura, además, has de reducir el 15% en concepto de IRPF.

26. Le mandas la factura.

27. Te das de baja en autónomos.

28. Vuelves a abrir tu mercería.

29. Cuatro meses después llamas al productor. No se pone.

30. Insistes.

31. Te enteras por un amigo de una cuñada de un vecino de un actor que conociste en un bar que la productora ha cambiado de dirección y de número de teléfono. Apuntas el nuevo número.

32. Llamas al nuevo número. La secretaria del productor te dice que está de viaje. Dejas el recado.

33. Pasa un mes. Vuelves a llamar. Otro recado.

34. Pasa otro mes. Vuelves a llamar. Otro recado.

35. Pasa otro mes. Vuelves a llamar. Por equivocación, el productor contesta y te dice que estaba a punto de llamarte. Te dice que creía que ya te lo habían pagado, un error imperdonable de la gente de administración. Lo mirará.

36. Dos meses después vuelves a llamar. Te pasan directamente con administración, que es un chico que está en la mesa de al lado del productor que le hace señas de “yo no estoy”. Te dice que te pagan en 15 días.

37. Un mes después te ingresan en el banco la mitad del dinero.

38. Llamas de nuevo. No te lo cogen. Insistes. Dejas un mensaje. Y otro. Y otro. Y otro.

39. Dos meses y medio más tarde te pagan el resto.

40. Un año y medio después la película se estrena. Como tiene otro título, tu nombre no aparece en los créditos (como guionista aparece el director) y nadie te avisa, ni te enteras.

Así se escribe un guión.
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Ésta sí que sabe sobre guiones:

lunes, 4 de mayo de 2009

20 cosas que hacer antes de los 40

- No tener un hijo.
- No plantar un árbol.
- No repetir mis errores.
- No viajar a Siria. Ni a Sudán.
- No decir “hasta aquí hemos llegado” ni “ya lo hablamos mañana”.
- No contradecir a los que tienen razón.
- No dar la razón a los que no la tienen.
- No robar por necesidad, sólo por vicio.
- No empezar a fumar.
- No sacarme el carné de conducir.
- No aprender holandés. Ni sueco. Ni rumano.
- No escuchar a nadie que empiece diciendo “lo que tienes que hacer es”.
- No gastar dinero en putas. Ni en armas. Ni en videntes.
- No pedir nada a quien no existe.
- No insultar a quien no lo merece.
- No aconsejar a nadie que siga mis pasos.
- No seguir los pasos de nadie.
- No olvidar quién soy.
- No matar.
- No morir.