sábado, 27 de junio de 2009

Lost: ya no estamos tan perdidos

Bueno, acabó la quinta temporada. La penúltima. Es decir, en teoría, estamos cerca del final, cerca de las soluciones y, a menos que todo haya sido una tomadura de pelo (que francamente, creo que puede serlo) prácticamente la serie ha sido ya desvelada totalmente. Algunas cosas con claridad, otras con sutileza y otras directamente las elucubro yo a partir de las pistas que se han dado en los más de 100 capítulos que han perpetrado Damon Lindelof y sus secuaces.

Entonces, ¿se puede resumir ya de qué va Perdidos?

Sí, aquí va:

La serie al completo es una partida de backgammon (metafóricamente hablando) entre dos bandos: el blanco y el negro. Esto ya nos lo decía Locke en la primera temporada y se nos confirmó cuando encontraron a Adán y Eva (sutileza sobre todo con los nombres) con dos piezas, una blanca y una negra.

“Dos jugadores. Dos bandos. Uno es luz. El otro oscuridad”.

Así de clarito nos lo dice Locke en la primera temporada.

El blanco, el bien, dirigido por un tal Jacob. Un ser con poderes (tal vez sea un dios) procedente probablemente del Antiguo Egipto.

Mira qué monos, uno con el pelo claro y otro con el pelo oscuro, qué sutil

El negro, el mal, dirigido por su hermano, cuyo nombre no recuerdo (¿o no lo han dicho aún?). Lo de que es el hermano lo deduzco yo y lo mismo me equivoco, pero todo apunta a ello.

El tablero es una isla y cada bando va reclutando sus piezas para ganar la partida.

¿Cómo recluta el bando negro? Bueno, lo más negro que hay en la isla es el humo ése que va matando gente así que o bien es el hermano malo o el humo negro trabaja para él. Es su “cerbero”, encargado de reclutar a gente para su bando. Para ello les muestra su pasado :para demostrarles que no son tan buenos como se creen y que la única manera de enmendar las mierdas que han ido haciendo en su vida es uniéndose a él. ¿Y al que no se une? Pues le pega de hostias hasta dejarlo tieso.

El bando blanco es más sutil reclutando gente: los resucita (Locke), les regala una guitarra (Hugo), o una chocolatina (Jack), etc.

En resumen, Lost es al final lo mismo que su vanagloriada (y tan sumamente mencionada) hermana mayor La guerra de las galaxias: una simple lucha entre el bien y el mal con trasfondo religioso.

Por cierto, curioso que el que parece más listo de todos (Locke) es al final al que mejor ha sabido manipular el "lado oscuro" para acabar poniéndolo de su lado. Y es que nada como devolver las piernas a un inválido para ganarte su corazón.

El año que viene veremos cómo acaba la partida.

domingo, 21 de junio de 2009

Mis otros personajes

K, en El Proceso y El Castillo

Uno de los personajes más fascinantes que ha dado la literatura... si no el que más.

Alicia, en Alicia en el País de las Maravillas

Difícilmente se puede simbolizar tanto con un sólo nombre y un sólo personaje. La sabiduría del universo en 6 letras.

Adso de Melk, en El nombre de la Rosa

No es habitual que una copia supere al original, pero es que Adso es el mejor Watson que ha existido. Superando al propio Watson.


Gally, en Alita, Ángel de Combate

Mi primer amor de adolescencia. Y con eso, está todo dicho.

L., en Death Note

En el mundo real jamás podría existir alguien tan perfecto.



Holden, en El Guardián entre el Centeno

Ha cambiado la vida de tanta gente... y lo sigue haciendo.



El Principito

Uno de los personajes de cuento más vigentes en una época en que el Síndrome de Peter Pan debería subir al nivel 6 de la O.M.S. mucho antes que la gripe ésa.
Dorian Gray, en El Retrato de Dorian Gray

Difícil elegir entre las innumerables creaciones geniales del Sr. Wilde, pero Gray siempre será Gray.
Willy Lohman, en Muerte de un Viajante

El día en que veamos a este hombre y no sintamos empatía por él significará que vivimos en un mundo mejor. Por eso –por desgracia- Willy Lohman será eterno.


Augusto Pérez, en Niebla

Gran personaje, gran historia y gran nivola.