viernes, 25 de septiembre de 2009

Malditos Homenajes

Soy Quentin Tarantino y quiero (tengo que) hacer una película. A ver, me voy al video club y elijo sección. La última peli la hice con los pedazos de la sección “Serie B ochentera”. Para mi próxima peli me voy un poco más para atrás, más a mi infancia, que tengo muy buenos recuerdos de otros cineastas como Leone o Castellari y los he copiado poco.

Y le sale su última película, hecha a retales de:

Sergio Leone (obviamente).
Enzo G. Castellari (más obviamente todavía).
Sam Peckinpah (por supuesto).
John Huston (para variar).
Robert Aldrich (menos obviamente).
Georgio Ferroni (la pista me la dio la música).
Jack Starret (ese principio...).
Fassbinder (no su estilo, sino su película "La ansiedad de Veronika Voss").
Brian DePalma (mejor dicho, “Scarface”).
John Irvin (diras, ¿por qué? ¿te acuerdas de “La colina de la hamburguesa”? Ah... ya).
Quentin tarantino (es el artista más autoreferencial desde Georgie Dann) .

Estas son las referencias/homenajes que yo he pillado. Y seguro que me dejo más de la mitad.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ha nacido una estrella

Hace algún tiempo hablé del Tito Mc de Sevilla City. Este freak colgó sus videoclips en la red y se ha convertido en una de las mayores estrellas de internet. No es de extrañar viendo sus videos.

Pues bien, ahora se lleva comentar sus videos y la verdad es que los comentaristas lo hacen con cierta gracia. Aquí os dejo un par de vídeos del Tito Mc “comentados”.



martes, 22 de septiembre de 2009

Waltzing Matilda

¿Te suena esta canción?



¿Te la imaginas cantada por Cándida Billar?

Pues deja de imaginar.....

domingo, 20 de septiembre de 2009

“I’m fucking...”

¿No te has preguntado alguna vez qué hacen las estrellas de Hollywood en su tiempo libre?

Siento el pitido de censura, pero no los he encontrado sin pitido y con subtíitulos en español.







Este último no tiene subtítulos pero vale la pena verlo hasta el final. Ah, y está dirigido por M. Night Shyamalan (en serio, no es coña).

Hay más, pero ya habrás pillado la idea... ésta es la nueva ola de videos freakys.

Bueno, no tan nueva, tiene ya más de un año, pero la he posteado hoy. Siempre con retraso...

jueves, 17 de septiembre de 2009

Judd Apatow

Considerado el dios de los geeks, Judd Apatow es de esos nombres sobre el que hacen chistes en “Padre de familia” y sólo los más inadaptados de la sala se ríen.

Soy fan de Judd Apatow antes siquiera de saber que existía. “Virgen a los 40” o “El Crítico” me entusiasmaban antes de saber que él tenía algo que ver.

Pero lo mejor de Judd Apatow, que aún no ha superado y que difícilmente superará es –de nuevo- una serie: “Freaks and geeks”.

¿Por qué esta serie es una obra maestra? Porque es de las pocas series que dicen la verdad. Estamos acostumbrados a que en la dramaturgia americana los chicos buenos acaben con las chicas guapas y viceversa, que el protagonista logre cumplir sus sueños y que al final todos acaben “felices y comiendo perdices”.

Esta serie nos enfrenta a la realidad: la chica guapa seguramente pasará de ti si eres un pringao disfuncional,; si tu sueño es tocar la batería ya sabes que lo más probable es que acabes dedicándote a otra cosa diametralmente opuesta; y es que los sueños... sueños son.

Y estas dosis de pesimismo te las ofrecen sin quitarte la sonrisa de la cara.



Por cierto, ¿te has fijado que no a todos los personajes les intercalan el fondo de cielo azul? Pensé que sería algo aleatorio.... pero la serie acaba desvelando el por qué.

Y otro gran momento, histórico para los fans de la serie:



En mi lista de las mejores, ésta ya está en el cuarto puesto... y miedo me da a volver a verla porque lo mismo la acabo ascendiendo más.




Para los fans...

Y, de regalo, el casting de Seth Rogen para su papel en la serie:

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Conversación teléfonica entre Lars Von Trier y su madre

- ¿Qué pasa, mamá? ¿No te ha llegado el cheque del mes o qué?

- Sí, que no te llamo por eso, es que fui ayer al cine a ver la película ésta que has hecho del bosque...

- Mamá, te tengo dicho que no vayas a ver mis películas...

- A ver, si en la frutería de la Elsa es la comidilla, que todo el mundo venga run rún con la película: que si la chiquilla del Joergen se desmayó viéndola, que si al Thorkild le dejó mal cuerpo... que me digo, vamos a ver la película que seguro que no es pa’ tanto...

- Bueno mamá, ¿y qué quieres entonces?

- Yo preguntarte a ver por qué tú tienes que ser tan desagradable, en eso es que has salido a tu padre...

- Es que es una cosa compleja, mamá, que tú no entiendes...

- Compleja, complejísima vamos. La muchacha que se le pone loca la cabeza porque se le mata el niño, a ver qué hay que entender ahí. Lo que pasa es que tú siempre has sido niño de que te gusta mucho de llamar la atención, y no puedes contar las cosas normal como todo el mundo, que tuve que salirme del cine tres veces a devolver al váter... tú, si no llamas la atención es que revientas, y vas haciendo las películas diciendo “a ver qué me invento pa’ que la gente se tenga que salir a devolver al váter”.

- Mira mamá, te dejo que tengo que ir a recoger un premio...

- ¿Otro premio de ésos que te dan tus amigos? Pues a ver si vas menos a recoger premios y más a ver a tu madre. O por lo menos a ver si me haces una película alguna vez que luego yo pueda comentar con la Astrid tranquilamente en la peluquería sin que se me caiga la cara de vergüenza.

- Bueno, mamá, besos a papá...

- Tu padre, a tu padre contento lo tienes desde que te cambiaste el apellido...

- Oye, mamá, que esto se corta...

- Niño, y a ver lo que comes que te he visto por la tele y te estás poniendo gordo como un zollo, ¿niño? ¡¿Niño!? Ay, que me va a matar a disgustos.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Kian Reloaded

Ya tenemos un nuevo cartel de ‘Kian’, esa película que no se estrenará hasta dentro de lo menos dos años, por lo que aún queda mucho camino que andar.
Trabajar en el terreno de la animación es lo que tiene, se tardan añísimos en acabar cualquier producción. Claro que este proyecto estuvo guardado en mi cajón durante casi diez años hasta que un señor me pidió alguna idea para una película de animación... y aquí estamos, un par de años después, con los diseños acabados y, la verdad, pintan muy bien.
Ya veremos...

domingo, 13 de septiembre de 2009

Milla

No es Milla Jiménez ni Mercedes Milá. Ya quisieran. Es Milla Jovovich. 35 años y ex musa de Luc Besson que esta semana nos ha sorprendido posando totalmente desnuda para no sé qué revista. ¿Y qué más da?


La excusa perfecta para hablar un poco de ella. A fin de cuentas, ¿cuántas ukranianas estrellas de cine hay? Es de esas caras que cuando empezó a despuntar a todo el mundo le sonaba pues había aparecido apenas segundos en series como 'Parker Lewis' o 'Matrimonio con hijos'. Y en la segunda parte de "El lago azul" ya empezó a enseñar su palmito que desde entonces nunca más ha escondido (como ya has apreciado en las fotos que seguro que estás viendo pues he cometido el error de poner el enlace antes de este texto a riesgo de que jamás nunca nadie lo lea).

Siempre he pensado que esta actriz estaba llamada a ser el Bruce Willis femenino del cine de acción. 'El Quinto Elemento' o 'Resident Evil' así parecían demostrarlo. Pero entonces la muchacha ampezó a elegir proyectos como 'Ultravioleta' (batacazo de Kurt Wimmer tras su infravalorada 'Equilibrium') o las mil secuelas de 'Resident Evil' que no interesan a nadie porque, para empezar, ya no están dirigidas por Paul W. Anderson.

Así que es una pena que esta chica ya sólo sea noticia por quitarse la ropa en público, como una muñeca rota con la que todo el mundo quiso jugar pero que al final acabó tirada por los suelos de las secuelas absurdas o las más absurdas no secuelas como 'Mi ex, mi novia y yo'.

Ojalá el tiempo vuelva a ponerla donde se merece, en el pedestal de las grandes heroínas del cine de acción donde Sigourney Weaver fue la diosa sin descendencia.

El Señor de las Moscas

Me disponía a pasar la tarde en la provechosa tarea de librar al mundo de mutantes asesinos desde el sofá de mi salón cuando el teléfono sonó.

Al parecer me habían estado intentando localizar para llevarme a comer a la finca de un señor dispuesto a poner unos cuantos miles de euros en una película que yo escribiría y dirigiría.

Siento decir que soy tan egoísta como para dar prioridad a eso antes que a salvar el mundo así que dejé el planeta a merced de los monstruos y me dirigí al punto de encuentro.

Ya antes me habían hablado de este señor, de edad incierta, que estaba dispuesto a aflojar una millonada a favor del arte. Me habían descrito su mansión, adornada con figurillas de carne y hueso que incluso atendían a nombres (extraños, eso sí) que dedicaban sus existencia a hacer la del señor de la casa más agradable. Me hablaron de su gloriosa piscina, de sus hectáreas, de sus cochazos...

En fin, casi estaba yo convencido de que me dirigía a Falcon Crest cuando por el camino nos perdimos. Evidentemente, llegar a Falcon Crest no es fácil. Habíamos quedado para comer y aparecimos a eso de las cuatro y media de la tarde.

En efecto, tras varias vueltas por el pueblo cercano -que parecía sacado de una novela de Stephen King donde fueras por el camino que fueras siempre acababas en la misma placita abandonada- llegamos a la verja de la mansión.

Lo que me describieron como mansión yo lo encuadraría más bien en la categoría de “parcelita dominguera con piscina” pero bueno, el hecho de que el mayordomo nos recibiese a la puerta le daba una estrella Michelín más al asunto.

El mayordomo era un dominicano la mar de agradable de unos veintipocos años que funcionaba con mando a distancia. Sí, el concepto de mando universal cambió ese día para siempre en mi mente, ya que el señor de la casa sólo tenía que usar un aparatito para que el buen hombre viniese e hiciese exactamente lo que se le pidiese, desde servir el aperitivo a espantar las moscas.

Comimos al aire libre.

Y ese día aprendí muchas cosas sobre los súper ricos. Lo primero es que Dios, en efecto, los odia. “Antes pasará un camello por el ojo de una aguja que un rico entrará en el reino de los cielos”. Dios se la tiene jurada, desde luego. Durante nuestra “agradable velada” el todopoderoso nos mandó la versión de sobremesa de lo que debieron ser las siete plagas de Egipto: huracanes, un sol achicharrante, una plaga de moscas.

Jamás en mi vida había visto tantas moscas. En ocasiones la comida desparecía debajo de la capa de insectos hambrientos que pretendía devorar los manjares que nos servía aquel buen hombre (me refiero al mayordomo). A veces el sirviente aparecía y se llevaba la comida de la mesa.
- ¿Por qué te llevas la comida? –le preguntaba su... ¿amo? ¿cómo se dice?
- Por las moscas –al fin escuché por primera vez en mi vida esa frase usada de modo completamente justificado.
- Pues tú eres la peor mosca de todas, porque ellas por lo menos no se llevan la comida.

Y aquel buen hombre dejaba sobre la mesa los manjares para degustación de los invertebrados de toda la comarca.

Las ráfagas de viento que nos azotaban obligaron también a ese buen hombre –cuya parcelita en el cielo será la envidia del resto de difuntos- a traer tomos enciclopédicos de la biblioteca con los que sujetar las mesas y sillas para evitar que volasen a otras latitudes.

Aparte, continuamente teníamos que mover la mesa (con todo lo que sobre ella habitaba, incluídas las moscas) para evitar al sol y situarnos bajo la pobre sombra que nos daba un triste toldo que hacía lo que podía contra la ferocidad ultravioleta del astro rey.

El bronceado formaría parte del menú, supuse.

La comida se extendió hasta eso de las nueve de la noche, horas interminables de moscas y tornados en las que el señor millonario nos deleitaba contándonos sus batallitas y sacando el mando a distancia para llamar a sus sirvientes literalmente para nada.
- ¿Quería algo el señor?
- No, nada.
Querría hacerlos pasear no fuera que se oxidasen y ya habría prescrito el período de garantía o se le habría perdido el ticket de compra para posibles devoluciones en el mercado de esclavos de la comarca.

Otra cosa que aprendí es que tener dinero es el equivalente a tener talento. Este hombre hacía de todo: escribía cuentos, guiones, artículos, producía películas... y si nadie se los publicaba inventaba editoriales o revistas donde imprimirlo todo. Y si nadie lo premiaba se inventaba un festival donde se daba premios a sí mismo y a sus creaciones.

Debe estar bien eso de tener tanto dinero.

Porque, por supuesto, este hombre vive en esa burbuja en la que todos nos imaginamos a los ricos. Donde todo el mundo le sonríe y le aplaude sus creaciones por más lamentables que éstas sean. Y me incluyo. Nos deleitó con un relato ingenuo y pretencioso que él mismo llamaba a ser “el nuevo Principito” pero que no iba a tener más trascendencia literaria que la guía QDQ aunque todos –y me incluyo- nos deshacíamos en alabanzas ante semejante obra maestra.

El culmen de la tarde-noche fue cuando sacó un guión cinematográfico escrito por él mismo donde la desproporcionada cantidad de faltas de ortografía era lo único a destacar y me desafió a que le diese mi opinión. Mientras yo pasaba las páginas esperando encontrar en algún momento un “TODO ESTO ES UNA BROMA, SONRÍE A LA CÁMARA” él soltaba perlas del tipo:
“¿A que nunca habías visto un guión así?”
Vaya que no. Afortunadamente.
Ó: “Ése es el tipo de guión que quiere un director”.
¿Para su chimenea?
Lo cierto es que aparte de mal escrito y redactado las acotaciones eran cualquier cosa menos cinematográficas. Como si hubiesen puesto trozos de una novela de baratillo y las hubieran colocado entre diálogos impronunciables.

Terminamos la jornada a eso de las once de la noche sin llegar a ningún acuerdo claro. Él hablaba, hablaba y hablaba (se podrían haber llenado cuatro pantanos con la saliva que ese buen hombre derrochó) pero sin concreciones. Prácticamente no hablaba de otra cosa que no fueran sus escritos y sus grandes logros artísticos. Y quedamos en que volveríamos a vernos para concretar.

Esa cita nunca llegó. Jamás llegamos a un acuerdo al respecto. Y creo que me alegro de ello. No sé si hubiese podido soportar más veladas como aquella. La verdad, si ése es el precio a pagar por hacer una película, prefiero quedarme en casa salvando al planeta de los mutantes.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Periodismo serio

Un fan se abalanza sobre Nadal. Ésta es la noticia. Veamos cómo lo cubre la prensa seria. Pongamos por caso, Yahoo Noticias.

Y veamos si podemos enmarcar a Yahoo Noticias dentro de la prensa seria.
(Pincha aqui para ver la noticia)

Tiene su titular, su cuerpo de noticia, su foto... todo parece correcto. Hasta que llegamos a la base de la noticia.

El vídeo.

Un cutre-video grabado ¡de la televisión!

Parece que el periodista le dejó la cámara a su abuela (la misma cámara que usó el día antes para grabar el cumpleaños de su prima), y le dijo, “si sale en la tele alguna noticia de ésas de las que yo escribo en mi periódico (a ver cómo le explica a su abuela lo que es Yahoo Noticias) apunta este chisme pa' la tele”.

Y la buena mujer, que se mueve de delante del televisor menos que el sofá, lo hizo.

Ay, qué sería del periodismo serio sin las abuelitas de los periodistas.

Por cierto, ¿alguien me explica qué interés tiene ese vídeo a partir del segundo 10? ¿Por qué dura más de dos minutos?

miércoles, 9 de septiembre de 2009

AVISO


Y ahora, “Margaritas Empujonas”

A pesar de su título, tan ridículo como una comedia producida por Antena 3, Pushing Daisies es una de las propuesta más originales y sorprendentes que nos hayan ofrecido los americanos en su sobresaturada propuesta televisiva.

A riesgo de empacharme de series, intento estar al día de lo que producen, lo cual es imposible. Pero si una serie viene firmada por Barry Sonnenfeld, a ésa seguro que le encuentro hueco.

Y qué hueco.

Pushing Daisies es Sonnenfeld elevado a la enésima potencia. Sonnenfeld suelto, armado y peligroso. Esta serie hace que sus películas parezcan la obra de un señor “comedido” (¿pillas el juego de palabras con “comedia”? ¿has visto cómo van empeorando mis comentarios léxicos con los años? Pues tengo algunos chistes con la palabra tubérculo...).

Viendo esta serie cualquiera diría que tiene influencias de Amelie, de Mujeres Desesperadas... pero no, porque Sonnenfeld estaba ahí mucho antes. Sólo hay una influencia clara en esta serie, la de Barry Sonnenfeld. Punto.

Este excesivo cuento seriado que ya hubieran querido firmar los Hermanos Grimm narra la historia de un tipo que cuando toca a los muertos, éstos reviven... pero alguien cercano deberá morir a cambio.

El material ideal para la pizpireta cámara del antaño director de fotografía y desde principios de los noventa realizador de descomunal inmoderación y gusto por lo bizarro.

Cómo ser Barry Sonnenfeld

- La cámara no puede estar quieta ni un momento. Y el gran angular mejor no se lo quites ni para limpiarlo.
- Música a tutiplén. Ni un segundo sin música. Y si no puedes conseguir a Danny Elfman búscate a alguien que lo copie descaradamente.
- Ritmo descomunalmente rápido. No hay pausa. Todo se monta al ritmo de “El vuelo del moscardón”.
- La técnica de interpretación de los actores se basa, fundamentalmente, en “poner caras”.
- Al director de arte se le dirige así: “Quiero más”. Y cuando te dé más la siguiente instrucción es sencilla: “Más”. Y así sigues hasta que la cámara esté rodando el decorado... e incluso después.
- Colores básicos, intensos, saturados. Nada de grises: colores planos e identificables. No existe el salmón, sino el rojo. No existe el turquesa, sino el azul.
- Humor cartoon. La fórmula matemática sería Tex Avery + Robert Zemeckis x Terry Gilliam. Y todo ello elevado al cubo.
- Haz del cartón piedra (aunque sea pixelado) tu seña de identidad.
- Cuando creas que estás exagerando mucho es que te estás quedando cortísimo.
- Acaba de cualquier manera. Lo importante no es el destino, sino el viaje.

martes, 8 de septiembre de 2009

Mis momentos Pixar


· ‘El gaaaaaancho’ de “Toy Story”.
· Las tomas falsas de “Bichos”.
· ‘Yo soy tu padre’ en “Toy Story 2”.
· Las persecución a través de las puertas de “Monstruos S.A.”.
· La aparición de Dory en “Buscando a Nemo”.
· El trailer de “Los Increíbles”.
· Las carreras de “Cars”.
· El flashback de “Ratatouille”.
· El primer acto de “Wall-E”.
· El ‘montage’ matrimonial de “Up”.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Diálogo 100% real

Una de las cosas que tiene la profesión de guionista es la gran variedad de reacciones que tiene la gente cuando se entera de a lo que me dedico. Evidentemente, el 90% de las reacciones no son dignas de mención (entran dentro de lo normal) pero a veces la vida me regala diálogos tan descacharrantes como éste:

- Lo que tiene que tener ser guionista es que habrá poca gente con la que puedas hablar de lo tuyo, ¿no? Digo que habrá pocos guionistas como tú.

- Supongo que como en todos los gremios. Yo conozco a pocos repartidores de butano, sólo a ti de hecho, pero tú conocerás a muchos. Pues lo mismo.

- Entonces, ¿en Sevilla hay muchos guionistas?

- Pues la verdad es que sí.

- ¿Y cómo es esa gente?

- Bastante raros, la verdad.

- No me extraña, si yo creo que hay que estar un poco tocado para dedicarse a una cosa así.

Diálogo 100% real.

He aquí otro que mantuve con un agente inmobiliario que intentaba vender mi casa:

- Tú entonces te dedicas a cosas de esas de la televisión.

- Más o menos.

- ¿Y tú podrías meter a mi niña en Canal Sur?

- ¿Y qué hace tu niña?

- Canta que no veas y no es que lo diga yo que soy su padre, eh, que todo el que la escucha se queda con la boca abierta.

- ¿Y qué canta tu niña?

- Break Dance.

Diálogo 100% real.

Luego hay una serie de reacciones que son bastante habituales como por ejemplo:

- Para eso hay que tener mucha fantasía, ¿verdad?

ó

- ¿Y eso se estudia?

ó

- Ah, pues a ver si te paso una cosita que tengo yo escrita que...

ó

- ¿Y de eso se puede vivir?

ó

- ¿Y tú conoces al Duque? ¿Me lo puedes presentar?

Y su variación:

- ¿Y conoces a algún famoso?

- A Alex O’Dogherty.

- No, digo famoso tipo Chiqui de Gran Hermano.

ó

- Uy, pues tú te tenías que pasar por mi trabajo (o por mi casa) que eso te da para un guión por lo menos.

ó

- Pues si yo te cuento lo que me pasó el otro día seguro que sacas un guión de eso. ¡Pero vamos a medias, eh!

ó

- Pues entonces dentro de nada te vemos en los Oscars ésos.

ó

- ¿Y tú has salido en la tele?

ó

- Pues a ver si tienes suerte y te haces famoso como la Belén Esteban.

ó

- Ah, entonces tú tienes que conocer a Juan, que trabaja en Canal Sur.

ó

- ¿Tú sigues con esas cosas de la televisión?

Ésta última casi siempre viene con un halo de continuación del tipo “¿o te has buscado ya un trabajo de verdad?”.

Lo mismo tienen razón, y me tengo que buscar un trabajo de verdad.